Yoga y primavera

Con una práctica de asanas activa y algunos ajustes en nuestra vida cotidiana podemos despojarnos de los excesos del invierno, danzar al ritmo de la primavera y renacer al tiempo con la vida a nuestro alrededor.

Al final del invierno y al comienzo de la primavera debemos compensar kapha, la tendencia que, según el Ayurveda, predomina en el ambiente y en nuestro ser mental y físico. Estas son unas posturas para el final del invierno y la primavera que ayudan a elevar el prana, generar calor, movimiento y vitalidad. Complementa con otras prácticas físicas, mentales y espirituales del yoga y el ayurveda.

Necesitamos desintoxicar, aumentar la energía y el fuego interior. Las posturas para la primavera deben fortalecer las piernas y la pelvis, donde se acumulan líquidos y grasa, también deben estimular el plexo solar, donde está nuestro fuego interior que nos ayuda a digerir y a fortalecer nuestra voluntad, así como posturas que nos den apertura y vigor.

Recuerda, sin embargo, que estas son unas pautas generales y que cada práctica depende de tus propias características y necesidades. Las tendencias de nuestro cuerpo (es decir, el dosha que identifica el Ayurveda) cambian según el ambiente y el clima, pero también la dieta y nuestra propia constitución.

Comienza la práctica con cinco series de saludos al sol a buen ritmo, con una respiración fluida y haz cada movimiento de manera consciente.

 

Postura de la silla (Utkatasana)

Comienza de pie en la postura de la montaña, con los pies juntos. Anclate firmemente sobre la tierra y haz una respiración profunda. En la próxima inhalación, dobla las rodillas profundamente, hasta llegar a lo más cerca que sea posible a hacer un ángulo de 90 grados. Eleva los brazos frente a ti y más arriba sobre tu cabeza. Las palmas de las manos una frente a otra. Mantente firme sobre el piso.

Mantén las piernas activas e intenta elevar al parte superior del cuerpo, pero cuidando que los hombros estén relajados. Lleva tu mirada hacia arriba. Mantén las columna vertebral en línea recta y mantén los muslos juntos para darte más firmeza. Ayúdate con los músculos de la espalda para mantener la espalda recta.

 

Parada de hombros (Sarvangasana)

 

Acuéstate boca arriba, con los pies juntos y las manos apoyadas a los lados del cuerpo, con las palmas hacia abajo. El mentón debe estar pegado al pecho y los pies flexionados. Levanta las piernas noventa grados. Ayúdate con las manos a levantar la cadera del suelo y desliza las manos hacia arriba de tus caderas, manteniendo las piernas estiradas, hasta llegar a la parte alta de tu espalda. Las manos deben ofrecer un apoyo firme.

Intenta juntar los omóplatos lo más que puedas, los brazos muy juntos a tu cuerpo y elevar los pies tan alto como te sea posible. Junta la barbilla al pecho. Mantén la postura 30 segundos y llevando la atención a la respiración; respira profundamente y tranquilamente. Ten cuidado de no girar ni lastimar el cuello. Para salir de la parada de hombros, lleva las piernas unos centímetros hacia atrás, y apoya las manos en el suelo. Utiliza las manos a manera de freno para regresar al piso, muy lentamente, vértebra por vértebra. Ten en cuenta que esta es una postura de nivel intermedio.

 

Postura del pez (Matsyasana)

Acuéstate boca arriba  Lleva los brazos debajo del cuerpo tan pegados entre sí como sea posible, las palmas de las manos mirando hacia el suelo y tan abajo como puedas, idealmente bajo tus muslos. Mantén las piernas estiradas. Haz presión sobre tus codos y desde aquí eleva la parte superior del cuerpo, mira hacia tus pies. Luego abre el pecho lo que más puedas y manteniendo esta apertura, apoya la corona de la cabeza en el suelo, suavemente. La mayor parte del peso debe estar en los antebrazos. Respira profundamente por veinte segundos. Siente cómo tu capacidad pulmonar está siendo totalmente aprovechada. Esta postura te llena de amor, energía y confianza.

Postura del camello (Ustrasana)

Arrodíllate sobre el suelo, con las rodillas abiertas al ancho de la cadera. Coloca la mano derecha en tu espalda baja para darte apoyo y eleva el brazo izquierdo por encima de tu cabeza y utilízalo para elevarte en la postura. Lleva las caderas hacia delante y abre el pecho, mientras la cabeza y el cuello siguen la dirección del brazo izquierdo. Apoya la mano izquierda sobre el tobillo izquierdo. Repite con la mano derecha. Estira las caderas hacia delante, eleva el pecho hacia el cielo y lleva los hombros hacia atrás y lleva la cabeza hacia atrás. Respira profundamente por veinte segundos y regresa del mismo modo. El camello es una asana de apertura hacia atrás. Nos ayuda a ser más flexibles de cuerpo y corazón.

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Comentarios: 2
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